CAP. VI: Se plantea la segunda cuestión, que trata sobre el descenso a los infiernos.

Pregunta II. Si Cristo descendió a los infiernos y de qué manera lo hizo.

Primero, todos están de acuerdo en que de alguna manera Cristo descendió a los infiernos. Las Escrituras enseñan esto en varios lugares, como en Hechos 2: "No dejarás mi alma en el infierno," y en Efesios 4: "Descendió a las partes inferiores de la tierra." Además, en el Símbolo de los Apóstoles leemos: "Descendió a los infiernos."

Sin embargo, hay que observar que esta expresión no siempre estuvo en el Símbolo en todas las Iglesias. Pues Ireneo, en el libro 1, capítulo 2, Orígenes al inicio de los libros De Principiis (περὶ ἀρχῶν), y Tertuliano al inicio de los libros Contra Praxeas y en el libro De velandis virginibus, explican la regla de fe transmitida por los apóstoles y no mencionan esta expresión, sino que pasan de la sepultura a la resurrección. Asimismo, Agustín, en su libro De Fide et Symbolo, y en los cuatro libros De Symbolo ad Catechumenos, no menciona esta parte, aunque expone el Símbolo completo cinco veces.

Rufino, en su explicación del Símbolo, lee y explica esta expresión, pero advierte que no está en el Símbolo de la Iglesia Romana ni entre los orientales, aunque se contiene implícitamente en el artículo sobre la sepultura, porque así como el cuerpo descendió al lugar de los cuerpos, el alma descendió al lugar de las almas. Además, Cirilo en las catequesis 4 y 14, y Crisóstomo en la homilía 2 sobre el Símbolo, leen y explican esta expresión, y en la actualidad se encuentra en todas partes. De igual manera, lo incluyen el Catecismo Mayor y Menor de Lutero, el Catecismo de Calvino, de Brentio y otros. Asimismo, los Centuriadores (Centuria 1, libro 2, cap. 4) y Pedro Mártir en su tratado sobre el Símbolo también lo incluyen. Incluso Calvino, en el libro 2 de las Instituciones, cap. 16, § 8, afirma que este artículo debe considerarse uno de los principales.

De manera similar, esta expresión no se encuentra en el Símbolo Niceno, pero sí en el Símbolo de Atanasio, y como estos símbolos no son contradictorios entre sí, es cierto que, al menos implícitamente, esta expresión no puede estar ausente. De ahí que Anselmo, en el libro De Processione Spiritus Sancti, dice que este artículo no está en el Símbolo Niceno, y sin embargo, es aceptado con pleno consenso por todas las Iglesias de Oriente y Occidente.

La cuestión principal, por tanto, radica en la explicación de este artículo. Encuentro cuatro interpretaciones de los adversarios sobre las cuales debemos discutir en orden.

© 2025 Bibliotecatolica
Todos los derechos reservados

contacto@bibliotecatolica.com

Accepted payment methods: Credit and Debit cards
Powered by PayPal