Versículos 25 - 27

Texto Hebreo: Y vivió Matusalá setenta y ocho años y cien años, y engendró a Lamec. Y vivió Matusalá, después de engendrar a Lamec, ochenta y dos años y setecientos años, y engendró hijos e hijas. Y todos los días de Matusalá fueron noventa y nueve años y novecientos años, y murió.

El justo Enoc engendró un hijo justo y muy continente, que superó a todos sus antecesores en la continencia de su vida; pues retrasó el matrimonio hasta el año ciento ochenta y siete de su vida, llevando una vida célibe y continente cincuenta y nueve años más que Adán. Sin embargo, no le faltaron mayores premios y dones más abundantes por su mayor virtud: vivió treinta y nueve años más de vida; pues murió a los novecientos ochenta y nueve años, el mismo año en que las aguas del diluvio inundaron toda la tierra: ya que, a los ciento ochenta y siete años de su vida, engendró a Lamec, quien, a los ciento ochenta y dos años, engendró a Noé, en cuyo sexcentésimo año de vida ocurrió el diluvio. Si estos años se suman, resultan novecientos sesenta y nueve años; y ese es el período de vida de Matusalén. Para que no viera aquella muerte miserable de los impíos, y para que el justísimo hombre no pereciera en las aguas del diluvio junto con los impíos y malvados, Dios se apresuró a llevarlo de entre los inicuos, recibiéndolo a sí mismo por la muerte de los justos.

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