Versículos 21 - 24

Texto Hebreo: Y vivió Janoch cinco y sesenta años, y engendró a Matusalá. Y Janoch caminó con Dios, después de engendrar a Matusalá, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y todos los días de Janoch fueron cinco y sesenta años y trescientos años. Y Janoch caminó con Dios, y no está, porque Dios se lo llevó, o lo tomó.

Texto Caldeo: Y Janoch caminó בִדְחַלְתָא דַיְיָ (en temor de YHWH), porque Dios no quiso que muriera.

Tárgum de Jerusalén: Y Janoch sirvió al Señor en verdad; y he ahí que no está, porque fue arrebatado por la palabra, o el sermón del Señor.

Los Griegos dicen: Y vivió Enoc ciento sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y a Enoc le agradó Dios y no fue encontrado, porque Dios lo trasladó.

Los Hebreos interpretan este pasaje de manera diferente a los doctores católicos. Pues dicen que Enoc, antes de engendrar a Matusalén, era muy propenso y atraído por los placeres del matrimonio. Pero después de engendrar a su hijo, caminó más moderadamente y siguió a Dios en santidad y justicia. Cuando Dios vio esto, con su suprema sabiduría, para que no se apartara de Dios y la justicia por causa de su esposa e hijos, ya que la maldad podría cambiar su sentido y pervertir su entendimiento, hizo que muriera antes de su tiempo. Por eso se dice que no está, porque murió: pero que Dios lo llevó, porque murió por una disposición especial de Dios, según aquello de Jonás: "Toma... mi vida"; como también dijo Elías: "Toma, Señor, mi vida de mí, porque no soy mejor que mis padres."

Nuestros antepasados dicen que Enoc fue llevado por Dios debido a la excelencia de su virtud, al igual que Elías, y trasladado al paraíso terrenal, donde vive hasta el día de hoy. Por eso en el Texto Sagrado no se dice que murió, sino que no apareció, o no está, porque Dios lo tomó. Así también se dice en el Eclesiástico: Enoc agradó a Dios y fue trasladado al paraíso, para impartir sabiduría a las naciones.

En cuanto a mí, no tengo certeza absoluta sobre qué interpretación seguir; sin embargo, lejos de reprobar la opinión de nuestros antepasados, más bien la respeto; no obstante, diré lo que pienso, dejando todo al juicio de los más sabios. Yo siempre he considerado que Enoc fue un hombre santísimo y justísimo. Aunque todos, desde Adán hasta Noé, fueron hombres justos y perfectamente íntegros, se dice que Enoc caminó con Dios con una excelencia y prerrogativa singular de virtud y perfección, es decir, llevó una vida célibe y completamente divina en la tierra, en todo íntegra. De ahí que estuviera abundantemente lleno de sabiduría divina más que los demás y maravillosamente inspirado.

Profetizó, como lo testifica el apóstol B. Judas, siendo Enoc el séptimo desde Adán, diciendo: He aquí que el Señor viene con miles de sus santos para hacer juicio contra todos y reprender a todos los impíos por todas las obras de impiedad que han cometido impíamente, y por todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra Dios.

Y, por lo tanto, resplandeció admirablemente por la santidad e inocencia de su vida, y por la clarísima luz de sus obras, y por el resplandor transparente de su sabiduría.

El hecho de que todavía esté vivo no es tan cierto, firme y constante como para que no se permita a alguien pensar de otra manera; pues no se sigue inmediatamente que fue trasladado en cuerpo viviente cuando se dice: Y no está, porque Dios lo tomó. La frase de la Sagrada Escritura en muchos lugares significa muerte prematura, por la cual Dios recibe a sus santos consigo. Así oró Elías al Señor, pidiendo que muriera, y dijo: Basta ya, oh Señor, toma mi vida, pues no soy mejor que mis padres. Así también Jonás: Y ahora, oh Señor, te ruego, toma mi vida de mí, porque mejor me es la muerte que la vida. Sin embargo, el lugar más claro está en Sabiduría: El justo..., si es arrebatado prematuramente, estará en refrigerio; pues la vejez honorable no se mide por la duración de años, ni se computa por el número de años; canas son el juicio del hombre, y la edad de la vejez es una vida sin mancha. Agradando a Dios, fue amado y, viviendo entre pecadores, fue trasladado; fue arrebatado para que la maldad no cambiara su entendimiento, o para que el engaño no sedujera su alma. Poco después: Porque su alma era agradable a Dios, por eso se apresuró a sacarlo de en medio de las iniquidades.

Esto claramente se refiere a la muerte prematura de los justos, por la cual Dios dice que los traslada y se apresura a recibirlos consigo. Así, cuando se dice aquí: Porque Dios lo tomó, eso es segurísimo; si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no es constante.

Lo que está aceptado casi por todos nuestros antepasados, tanto griegos como latinos, que Enoc fue trasladado, proviene de los Setenta Intérpretes, que interpretaron la palabra hebrea לקח (laqach), que significa "tomar", con la palabra de traslado; y esa איננו (enennu), es decir, "no está", como "no se encontraba"; así lo tradujeron, como se tiene ahora en la Edición Griega de la Vulgata: Καὶ οὐχ εὑρίσκετο, ὅτι μετέθηκεν αὐτὸν ὁ Θεός (Kai ouch heurisketo, hoti metetheken auton ho Theos), es decir: No se encontraba, porque Dios lo trasladó.

Sin embargo, la Verdad Hebrea tiene: וְאֵינֶנּוּ כּי־לָקַח אֹתוֹ אֱלהִים (Ve'enennu ki-laqach oto Elohim), es decir: Y no está, porque Dios lo tomó.

Aquello del Eclesiástico, sin desviarnos de lo antes dicho, lo entendemos así: Enoc agradó a Dios, es decir, caminó con Dios; así lo tradujeron los Setenta: Y fue trasladado, según aquello: Agradando a Dios, fue amado y, viviendo entre pecadores, fue trasladado; lo cual, sin embargo, se entiende de la muerte; entendemos aquello del paraíso como el seno de Abraham, donde se consolaban las almas de los Padres santos, como se dice del mendigo Lázaro; aquello finalmente: Para dar sabiduría a las naciones: lo entendemos por las buenas obras; pues el justo muerto condena a los impíos vivos por sus buenas obras: así como Abel muerto aún clama, según el testimonio del Apóstol, y eso no es sino por sus buenas obras.

Pues no estamos obligados a entender por paraíso aquel lugar en el que fue puesto el primer hombre; es completamente incierto si ese jardín, plantado con árboles, aún se encuentra y no se sabe más si existe o no, pues, según la Verdad Hebrea, ese jardín fue plantado por Dios en Edén; ahora bien, se sabe que Edén está habitado por las naciones no lejos de la tierra prometida, en las fronteras de Jarán y Chennam. Así lo leemos en Ezequiel: Jarán y Chennam y Edén, tus mercaderes.

Luego, según el testimonio del Sagrado Texto, sabemos que Caín habitó al este de Edén cerca del lugar de ese paraíso, no lejos de donde habitaban su padre Adán y su hermano Set. Pues los hijos de Set, que se llaman hijos de Dios, pudieron ver a las hijas de Caín y tomar para sí de todas las que eligieron. Sin embargo, la opinión común es que Adán habitó no lejos de la tierra prometida después de ser expulsado del paraíso, y fue sepultado en Hebrón en la cueva doble, donde también fueron sepultados Abraham, Isaac y Jacob. Cerca de esas regiones, y no muy lejos, se puede ver algún vestigio de ese célebre paraíso; de hecho, los ríos Tigris y Éufrates, que salen de allí, se encuentran cerca de esas regiones.

Pero nos hemos alejado demasiado del tema. Esto es lo que nos parecía decir sobre este asunto, pero dejamos a cada uno sus propias opiniones y dejamos estos asuntos también al juicio de los más sabios.

Sin embargo, hay un pasaje en San Pablo que nos obliga a decir que Enoc no murió. Así dice el Apóstol sobre él: Por la fe, Enoc fue trasladado para no ver la muerte, y no fue hallado, porque Dios lo trasladó; pues antes de su traslado tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero claramente esto puede entenderse del diluvio, para que no viera la muerte miserable de los hombres en el diluvio y pereciera sumergido con ellos en aquellas aguas; por eso dice: Para no ver la muerte: no dice: para no morir.

También puede entenderse de otra manera, según aquello de la Sabiduría: Las almas de los justos están en la mano de Dios, y no los tocará el tormento de la muerte; parecen a los ojos de los insensatos haber muerto... pero ellos están en paz. De cualquier manera que se entienda, nuestra interpretación se mantiene. La razón por la que no se dice en el texto que murió es porque la separación de su alma de su cuerpo fue hecha divinamente y su alma fue trasladada inmediatamente a una vida mejor y a un lugar de descanso y consolación.

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