Versículo 13

"Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana del tercer día."

En hebreo: וַיְהִי־עֶרֶב וַיְהִי־בֹקֶר יוֹם שְׁלִישִׁי (Vayehi-erev vayehi-voker yom shelishi).

En caldeo: וַהֲוָה רְמַשׁ וַהֲוָה צַפְרָא יוֹם תְּלִיתָאָה (Vahava remash vahava tsafra yom telitah).

Aquí se pone la alabanza del tercer día por la utilidad de los nacimientos de la tierra. Sin embargo, muchos se preguntan por qué el Señor quiso que la tierra produjera muchas hierbas nocivas, espinas y cardos, y ciertos arbustos que parecen infructuosos. San Agustín responde que muchas de esas hierbas tienen utilidades, aunque a nosotros nos parezcan inútiles y nocivas porque desconocemos sus naturalezas, y son necesarias para la belleza del universo. A menos que digamos que, después de la caída del hombre, la tierra produjo estas, por mandato de Dios, como castigo por el pecado, cuando el Señor dijo a Adán: "Espinas y cardos te producirá."

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