- Tabla de Contenidos
- PORTADA Y DEDICACIÓN
- PROEMIO
- PRIMERA DISERTACIÓN SOBRE LOS ESQUEMAS Y TROPOS DE LA SAGRADA ESCRITURA
- SEGUNDA DISERTACIÓN SOBRE LOS ESQUEMAS, ESTO ES, LAS FIGURAS DE LOCUCIÓN
- TERCERA DISERTACIÓN DE LOS ESQUEMAS DE LAS ORACIONES
- CUARTA DISERTACIÓN SOBRE EL MÚLTIPLE SENTIDO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS
- QUINTA DISERTACION DE LA CREACIÓN DEL MUNDO EN EL TIEMPO
- SEXTA DISERTACIÓN SOBRE LOS PRINCIPIOS DE LAS COSAS
Versículos 8 - 11
También dijo Dios a Noé y a sus hijos con él: He aquí que estableceré mi pacto con vosotros y con vuestra descendencia después de vosotros, y con toda alma viviente que está con vosotros, tanto en las aves como en los ganados y en las bestias de la tierra, y con todos los que salieron del arca, y con todas las bestias de la tierra. Estableceré mi pacto con vosotros, y nunca más será destruida toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
Texto hebreo: Y Dios dijo a Noé y a sus hijos con él, diciendo: Y yo, he aquí que establezco mi pacto con vosotros y con vuestra descendencia después de vosotros y con toda alma de bestia que está con vosotros, en las aves, en el ganado y en toda bestia de la tierra con vosotros, de todos los que salieron del arca, para toda bestia de la tierra. Y estableceré mi pacto con vosotros, y no será destruida toda carne más por las aguas del diluvio, y no habrá más diluvio para destruir la tierra.
Había una cosa más que podía causar a Noé y a sus hijos una tristeza gravísima y un dolor inconsolable. Dios nos ha bendecido, decían, para que crezcamos en infinitas generaciones, para que nos multipliquemos tanto que llenemos toda la tierra bajo el cielo con nuestros hijos; también nos ha hecho seguros contra las malas bestias y las feroces fieras, para que no temamos en absoluto de ellas, sino que más bien ellas tiemblen ante nosotros, temiendo nuestra presencia; también nos ha protegido contra la plaga miserable del hambre, contribuyendo con todos los animales como alimento para nosotros, y una infinita cantidad de peces; finalmente, nos ha prevenido tanto contra los homicidios, para que no nos matemos unos a otros, para que no muramos por una muerte cruel. Pero, ¿quién nos asegurará contra el diluvio, para que no vuelva a descender sobre la tierra en el tiempo de ese gran cataclismo que hemos visto, para destruir toda carne bajo el cielo? Si viene otro diluvio, ¿de qué nos sirven estas bendiciones? ¿Para qué estos dones? ¿Por qué procrear hijos si serán destruidos nuevamente por la inundación de las aguas? Nuestro dolor será inconsolable al ver a nuestros hijos perecer ante nuestros ojos por una plaga irremediable. ¿De qué nos sirve ser seguros contra las bestias si pereceremos junto con ellas en un nuevo diluvio? ¿De qué sirven estos nuevos alimentos? Ciertamente, estas bendiciones no nos podrán liberar de la calamidad del diluvio ni a nosotros ni a nuestros hijos. ¿De qué nos sirve estar protegidos contra los homicidios? La muerte no es mucho mejor que ser ahogados por las aguas que ser asesinados por una mano nefaria. Si ese diluvio vino por la maldad de los hombres, ¿cuándo se encontrará un hombre en la tierra que haga el bien y no peque?
La sospecha y el temor de un diluvio venidero los afligía con el mayor dolor y tristeza. Por eso, también sobre esto los consuela Dios, diciendo:
He aquí que estableceré mi pacto con vosotros y con vuestra descendencia después de vosotros y con toda alma viviente; el pacto que establezco es que nunca más será destruida toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Os he hecho seguros, dice, de una muerte por exterminio, para que no muráis sin hijos: seguros contra las bestias: protegidos contra el hambre: prevenidos contra una muerte violenta. Ahora también os aseguro de mí mismo, prometiendo por mí mismo que no traeré más las aguas del diluvio para destruir toda carne con la tierra. Y establezco este pacto con vosotros para todas las generaciones futuras; no solo os aseguro a vosotros contra el diluvio, sino también a vuestra descendencia después de vosotros, es decir, a vuestros hijos en todas las generaciones futuras hasta el fin del mundo. Porque también creé todos los animales y ganados y todas las criaturas, tanto celestiales como terrestres, para el hombre, son necesarias para el hombre para llevar las cargas de la vida más fácilmente: así como preservé a todos los animales junto con vosotros en el arca, así también por vuestra causa establezco este pacto con ellos, para que nunca más en el futuro sea destruida toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más en las generaciones futuras un diluvio general en toda la tierra bajo el cielo, como lo fue este que destruyó la tierra. No solo la inundación del diluvio corrompió y destruyó toda carne de la superficie de la tierra, sino que también debilitó mucho la fuerza y la sustancia de la misma tierra, y la hizo seca y estéril como arena, por eso se dice: Destruyendo la tierra.