Versículos 23 - 24

Texto Hebreo: Y dijo Lamec a sus esposas Hada y Tsila: "Escuchad mi voz, esposas de Lamec; prestad atención a mis palabras; si he matado a un hombre por herirme y a un joven por golpearme: si Caín será vengado siete veces, Lamec lo será setenta y siete veces".

Texto Caldeo: No he matado a un hombre para que por él yo acumule pecados hasta la muerte; ni tampoco he matado a un joven para que por él se consuma mi descendencia; Caín fue suspendido o dilatado hasta siete generaciones; ¿no será Lamec, su hijo, hasta setenta y siete?

Texto Griego: Porque he matado a un hombre por herirme y a un joven por golpearme; porque siete veces será juzgado Caín; pero Lamec setenta y siete veces.

Este pasaje tiene diversas y muy distantes exposiciones tanto de los hebreos como de los nuestros.

Josefo, en sus Antigüedades, relata que este Lamec fue un hombre cazador, que cazaba bestias salvajes con arco y flechas para confeccionar pieles de vestir; y como ya estaba envejeciendo y su vista se debilitaba por la intemperancia y la naturaleza envejecida, llevó consigo a un joven a la caza para que le guiara, dirigiera sus pasos y le mostrara los animales salvajes vistos a lo lejos; pues él ya empezaba a perder la vista. Sucedió que un día, cuando había salido a cazar, el joven que lo guiaba vio a Caín escondido en una densa cueva entre los arbustos; pues Caín se había refugiado en cuevas densas y bosques oscuros y escondidos por temor. El joven, pensando que era una bestia, dijo a Lamec que dirigiera su flecha contra él; la flecha, dirigida y lanzada rectamente al lugar señalado, golpeó y mató a Caín. Al darse cuenta de lo ocurrido, Lamec, sintiendo un gran dolor porque el Señor había amenazado con muchas calamidades a quien matara a Caín, encendido por una furia inmensa de ira, golpeó con el arco que tenía en la mano la cabeza del joven y lo mató.

Algunos hebreos dicen que este joven era Tubal-caín, hijo de Lamec, y por eso sus esposas estaban más horrorizadas por el hecho. Cuando las esposas de Lamec oyeron de este horrendo acto, se apartaron de su lecho, para no ser afectadas por las miserables calamidades decretadas por Dios, ni sufrir las deplorables penas junto con él. Lamec, no soportando esto con ánimo tranquilo, las exhortaba a que volvieran a él y no temieran el castigo que vendría mucho después.

Excusándose ante ellas, dijo:

"He matado a un hombre por herirme, no deliberadamente, ni lo hice queriendo, sino que lo golpeé sin querer ni saberlo; y maté al joven por la contusión que sufrí a causa del dolor vehemente por la muerte anterior, no por malicia ni odio, sino inmediatamente encendido por la ira del dolor intenso; pero Caín mató a su hermano deliberadamente, con insidia, odio y malicia. Por lo tanto, si la muerte de Caín se retrasó hasta la séptima generación por su gravísima culpa, mucho más se retrasará el castigo de mi crimen; si él fue castigado en la séptima generación, yo no seré castigado hasta la septuagésima séptima. No temáis, pues, el castigo que vendrá tanto tiempo después".

Muchos siguen esta exposición, tanto hebreos como nuestros, aunque ciertamente supone muchas cosas fuera de la letra.

Nosotros, por lo tanto, consideramos que debe interpretarse de otra manera. Hay una palabra en el texto: כִּי, que entre muchos otros significados, también tiene los de "porque", "si" y "cuando". Según el primer significado, lo tiene la edición Vulgata. Sin embargo, también puede entenderse en los otros sentidos, para que signifique "si" o "cuando": de modo que el contexto del texto sea: "Escuchad mi voz, esposas de Lamec; prestad atención a mi palabra. Si, o cuando maté a un hombre en mi herida, etc." Ciertamente, esta palabra repetida parece traer consigo un énfasis y ser una exclamación de alegría y esperanza por la expectativa de algún gran bien, para animar y elevar los espíritus deprimidos a una gran esperanza de alegría, exultación y futura felicidad.

"Escuchad mi voz, esposas mías; percibid con vuestros oídos mis palabras, y no os asustéis, ni os aterroricéis por el temor de alguna desgracia lamentable o calamidad deplorable. Porque cuando yo maté a un hombre en mi herida, o cuando perdí a algún joven en mi contusión, ¿como hizo Caín, que mató a su hermano, un joven en edad pero un hombre en virtud perfecta e íntegra? Si Caín, que mató a su hermano por envidia e ira en su propia herida, vivió tanto tiempo y vio a sus hijos hasta la séptima generación sin ser castigado con la muerte, ¿no veré yo, Lamec, que no he perpetrado estos males, a mi descendencia hasta la septuagésima séptima generación viviendo mucho tiempo? Es decir, ¿no viviré yo mucho más tiempo y veré a muchos más hijos y generaciones de hijos, extendiendo una genealogía mucho más larga? Por lo tanto, debéis alegraros, esposas mías, y regocijaros cada vez más, no solo porque habéis engendrado hijos que por naturaleza, ingenio, arte y conocimiento son nobles, sobresalientes y muy prudentes, sino porque tendréis muchos más; de donde todas las generaciones os llamarán bienaventuradas!"

A esta nuestra interpretación no solo no se opone nada de la letra hebrea, sino que también la paráfrasis caldea la favorece maravillosamente.

Pero si queremos exponer este texto simplemente, como está en nuestra edición, diremos así:

"No os aterroricéis, esposas mías, ni me rechacéis, porque he matado a un hombre en mi herida y a un joven en mi contusión; no dejéis que el horror del crimen os aleje de mi matrimonio; pues he aquí, Caín también mató a su hermano. Si Caín será vengado siete veces, es decir, cualquiera que mate a Caín pagará muchas penas, pues Dios ha amenazado con muchas calamidades a quien mate a Caín, mucho más penas sufrirá y muchas más calamidades enfrentará quien se atreva a matarme. Porque yo no maté a un hombre deliberadamente, ni con malicia premeditada, ni con insidias, como lo hizo Caín; sino simplemente en mi herida, y al joven en mi contusión por la ira que surgió inmediatamente. Fue un caso puro y simple, no premeditado ni deliberado. Si entonces cualquiera teme matar a Caín, un hombre tan malvado, por las tantas penas amenazadas; mucho más temerán matarme, porque pagarán mayores penas. Esto es lo que dice: 'Siete veces se vengará de Caín', es decir, quien mate a Caín pagará muchas penas; pero de Lamec, setenta y siete veces, es decir, quien mate a Lamec pagará muchas más y mayores penas."

© 2025 Bibliotecatolica
Todos los derechos reservados

contacto@bibliotecatolica.com

Accepted payment methods: Credit and Debit cards
Powered by PayPal