Versículos 16 - 18

Y Dios hizo dos grandes luminarias: la luminaria mayor, para que presidiera el día, y la luminaria menor, para que presidiera la noche, y las estrellas. Y las puso en el firmamento del cielo para que alumbraran sobre la tierra, y presidieran el día y la noche, y dividieran la luz de las tinieblas.

Para que presidieran:לְמֶמְשֶׁלֶת (le-memshelet), en potestad, o dominio.

Los Setenta, queriendo conservar íntegramente el hebreo, tradujeron: Εἰς ὰρχὰς τῆς ἡμέρας (eis archas tēs hēmeras), es decir, en potestades del día; y la luminaria menor: εἰς ὰρχὰς τῆς νυκτός (eis archas tēs nyktos), es decir, en potestades de la noche. Pero dado que ἀρχὴ (archē) en griego no solo significa imperio y dominio, sino también principio del tiempo, la mayoría de los griegos entendieron que las luminarias fueron hechas en el principio del día y de la noche; pues no tomaron ἀρχὰς como potestad, sino como principio. De donde afirman que la luna, ya que se dice que fue hecha en el principio de la noche, estuvo opuesta diametralmente al sol cuando fue creada. Sin embargo, en el inicio de la noche la luna no sale sino en plenilunio, es decir, luna llena y redonda, la cual nos aparece llena cuando está diametralmente opuesta al sol. Por tanto, como ambas luminarias fueron hechas en la mañana, el sol comenzó a brillar desde el oriente: y cuando llegó al anochecer al signo del occidente, entonces la luna comenzó a aparecer en el oriente al inicio de la noche. Esto pudo ser así y creemos que fue así: pero no se deduce de este pasaje; pues ἀρχὴ aquí no significa principio, sino potestad: esta anfibología no está en el contexto hebreo. De donde nuestra Lectio es mejor: Para que presidiera el día y la noche. [Por eso] San Agustín, en el libro De Genesi ad Litteram Imperfecto, desaprueba esto, porque entonces no sería el primero, sino el decimosexto o decimoquinto día de la luna cuando se tomaría el inicio del cómputo, sino que fue hecho en potestad.

El rabino Aben Ezra expone este pasaje así: “Se llaman dos grandes luminarias respecto a las otras estrellas: y así se llaman los tres hijos de Isaí grandes respecto a los posteriores, y Eliab el primogénito grande sobre todos; y no es que este sea mayor que este. םוד לו יש (yash lo sod): tiene un secreto. En potestad del día: el sol durante el día y no en la noche, pues no tiene, es decir, la noche, luz; también la luz de la luna y las estrellas no se ve durante el día. Y si alguien pregunta: ¿no dijeron los sabios escritores, o astrólogos, que la estrella de Júpiter, צדק (Tzedeq), y todas las estrellas, excepto la estrella llamada מככב (Kokhav), y Venus, son mayores que la luna?

¿Y cómo está escrito grandes, es decir, luminarias? La respuesta es: no es la exposición, grandes por su forma en sus cuerpos, sino por la luz, y la luz de la luna se duplica mucho porque está más cerca de la tierra, y por eso está escrito: luminarias, y las puso, o las dio. No te maravilles por la expresión: ויתן (vayiten), pues así está escrito: Mi arco he puesto. Y en potestad: el día de la ley es desde la hora de la salida del sol hasta el ocaso: y la noche desde el tiempo en que se ven las estrellas; y bien o justamente dijeron: En boca de tres testigos. Y debes saber que el tiempo de oscurecimiento del sol es desde la tarde hasta una hora y un tercio de hora, pues parece que es como la luz en las nubes; y así en la mañana la primera luz de la salida del sol; y en el orto de la luz del sol durante el día, y la luz de la luna en la noche dividen entre la luz y las tinieblas”. Hasta aquí Aben Ezra.

Pero el rabino Salomón piensa así sobre las grandes luminarias: “Las luminarias grandes fueron creadas iguales; pero la luna fue disminuida, porque se quejó, o acusó y dijo que era imposible que dos reyes sirvieran bajo una misma corona; y las estrellas [fueron creadas]: porque disminuyó la luna, multiplicó su ejército para cumplir o llenar su opinión”.

Nosotros, sin embargo, exponemos este pasaje de la siguiente manera: que el sol y la luna sean llamados grandes luminarias no solo porque son cuerpos de inmensa magnitud y porque brillan más que las demás estrellas, sino principalmente según la apariencia, porque parecen más grandes que las otras; aunque el cuerpo lunar sea mucho más pequeño que casi todas las demás estrellas; sin embargo, debido a que está más cerca de la tierra, parece más grande e influye más; por eso, después del sol, supera a las demás en influencia. Se dice que están situadas en el firmamento del cielo, ya que estas estrellas son las partes más densas de sus órbitas. No se entiende aquí por firmamento el aire, como lo piensa Aben Ezra, de modo que solo según la apariencia se diga que las luminarias están puestas en el firmamento, es decir, en el aire, porque allí se ven; sino que el firmamento aquí se entiende como el cielo dividido en ocho partes, es decir, la octava esfera con las órbitas de los planetas, como lo entiende el Rabino Sepharaddi. Tampoco aprobamos lo que dice el Rabino Salomón, que el sol y la luna eran iguales en claridad desde su creación, y que la luna habló con Dios para que disminuyera la luz del sol: y por eso fue disminuida en luz. Porque las estrellas del cielo no son cuerpos dotados de alma racional y viviente, como para que la luna pudiera hablar; ni antes del cuarto día hubo alguna vez noche, sino día continuo si, cuando el sol iluminaba el día y la luna la noche, la claridad y el esplendor de sus luces eran iguales; la noche ciertamente no sería noche si brillara como el día. Pero la luna es llamada gran luminaria, porque después del sol aparece así entre las estrellas; pero es una luminaria menor en comparación con el sol, que la supera y excede en mucho tanto en magnitud de cuerpo como en claridad de luz y en virtud de influencia. Y porque el sol ilumina el día y la luna la noche, y nunca la noche es iluminada por el sol ni el día por la luna, por eso se dice que la luminaria mayor fue hecha para el dominio del día, para que presidiera el día, y la luminaria menor para el dominio de la noche.

Muchos piensan que lo que dice el Rabino Salomón pertenece a una teología más secreta, y que no fue así: que por eso se significa parabólicamente algún secreto.

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