Santa Brígida de Suecia

Mística, Fundadora, Religiosa, Copatrona de Europa

(1303 - 1373)

Santa Brígida de Suecia nació en 1303 en Finsta, provincia de Uppland, Suecia, en el seno de una familia aristocrática profundamente religiosa. Su padre, Birger Persson, fue juez de Uppland y gobernador de la principal provincia sueca. Su madre, Ingeborg Bengtsdotter, falleció cuando Brígida tenía apenas tres años. Desde temprana edad, la niña fue educada por su tía Catalina Bengtsdotter en Aspanäs, junto al lago Sommen, recibiendo una formación esmerada acorde a su posición social y marcada por una sólida fe cristiana.

Formación y vocación

Desde la infancia, Brígida mostró una extraordinaria sensibilidad espiritual. A los seis años tuvo su primera revelación: la Santísima Virgen María se le apareció invitándola a llevar una vida santa y del agrado de Dios. A los trece años, durante un sermón de Cuaresma sobre la Pasión de Cristo, quedó profundamente conmovida por el sufrimiento del Señor. En una ocasión, rezando ante un crucifijo sangrante, le preguntó a Jesús: "¿Quién te puso así?", y escuchó su respuesta: "Los que desprecian mi amor". Este encuentro místico marcó su vocación de hacer que todos amaran más a Jesucristo.

A los 14 años, contrariando su inclinación natural a la vida contemplativa, fue dada en matrimonio por imposición de su padre a Ulf Gudmarsson, un joven militar de 18 años, hijo de otro gobernante. El matrimonio, que duró 28 años, fue feliz y bendecido con ocho hijos: cuatro varones y cuatro mujeres. Una de sus hijas fue Santa Catalina de Suecia.

Dones y características especiales

Santa Brígida poseyó el don de las revelaciones místicas, que la acompañaron durante toda su vida. Sus experiencias contemplativas incluían visiones de Cristo crucificado, la Virgen María, santos y almas difuntas. También recibió mensajes divinos destinados a líderes políticos y religiosos de su tiempo. Inicialmente, temió que estas experiencias fueran alucinaciones, pero tras consultar al sacerdote más sabio de Suecia, quien confirmó su autenticidad como mensajes celestiales, las aceptó con humildad y obediencia.

Su carácter era fuerte, decidido y práctico. Supo conjugar perfectamente la contemplación y la acción, siendo simultáneamente Marta y María. Su espiritualidad estaba profundamente marcada por la devoción a Cristo crucificado y a María Dolorosa, cuya Pasión meditaba constantemente.

Ministerio principal

Brígida desempeñó un papel destacado en la corte sueca como dama principal de la reina. Sin embargo, al observar los excesos, la explotación del pueblo y el despilfarro en el palacio real, intentó corregir estos abusos. Ante la indiferencia de los monarcas, en 1341 emprendió con su esposo una peregrinación a Santiago de Compostela, durante la cual Ulf enfermó gravemente en Francia. Santa Brígida oró fervorosamente, y San Dionisio se le apareció prometiendo la curación de su esposo con la condición de que se dedicaran a una vida santa. Ulf sanó, y tras regresar a Suecia, ingresó como religioso cisterciense en el monasterio de Alvastra, donde murió santamente en 1344.

Viuda a los 41 años, Brígida vendió todas sus posesiones, distribuyó sus bienes entre los pobres y se estableció cerca del monasterio de Alvastra. Allí renunció a los lujos, vistió como los pobres y durmió sobre duras tablas, intensificando su vida de oración, penitencia y caridad.

Obras y contribuciones importantes

En 1346, por inspiración divina, fundó la Orden del Santísimo Salvador (Ordo Sanctissimi Salvatoris), conocida como las Brigidinas. El monasterio principal se estableció en Vadstena, Suecia, y albergaba 60 monjas y 25 monjes que vivían en edificios separados pero compartían una misma iglesia. La abadesa dirigía la comunidad, reflejando la maternidad de la Virgen María. La orden se basaba en la Regla de San Agustín y se convirtió en un importante centro literario y cultural de Suecia. Con el tiempo, llegó a tener 70 conventos en toda Europa.

En 1349, Brígida viajó a Roma para obtener la aprobación papal de su orden y participar en el Jubileo de 1350. Residió en la Ciudad Eterna durante 14 años, viviendo en la pobreza y pidiendo limosna en las puertas de las iglesias. Desde Roma, escribió cartas a autoridades civiles y eclesiásticas, incluyendo al Papa que residía en Aviñón, exhortándolos a la reforma moral y espiritual. Sus consejos contribuyeron significativamente a mejorar las costumbres y disminuir los vicios de su época.

Santa Brígida trabajó incansablemente por el regreso del Papa a Roma desde Aviñón y por el fin de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. Escribió al Papa Urbano V y posteriormente a Gregorio XI, criticando con valentía la mundanidad del papado y la corrupción de la curia romana: "En esa curia reinan la arrogancia, insaciable codicia y lujuria execrable".

En 1371, a los 68 años, emprendió una peregrinación a Tierra Santa pasando por Nápoles y Chipre. En Jerusalén recibió continuas revelaciones sobre la vida de Jesús y parecía vivir en éxtasis constante.

Vida espiritual

Las experiencias místicas de Santa Brígida quedaron registradas en sus Revelaciones, dictadas a sus confesores y secretarios, que las tradujeron del sueco antiguo al latín. Esta obra monumental comprende ocho volúmenes (más un noveno con revelaciones adicionales) divididos en cuatro ciclos: sueco (1344-1349), romano (1350-1363), de peregrinaciones por Italia (1364-1370) y de Tierra Santa (1372-1373).

Las Revelaciones incluyen mensajes de Cristo y la Virgen María sobre la reforma de la Iglesia, la Pasión del Señor, los Siete Dolores de María, y consejos para la conversión de las almas. También recibió de Jesús un conjunto de quince oraciones para ser rezadas durante un año, y otras para ser rezadas durante doce años, acompañadas de grandes promesas espirituales.

Santa Brígida también fue instruida por la Virgen María en la devoción a los Siete Dolores, que consiste en rezar siete avemarías diariamente meditando las lágrimas y sufrimientos de la Madre de Dios. Esta práctica espiritual promete paz interior y protección en el combate espiritual.

Su espiritualidad era tanto cristocéntrica como mariana, marcada por una profunda comprensión del sufrimiento como medio de unión con Dios. Sus visiones de Cristo en la Cruz y de la Dolorosa se consideran obras maestras de la literatura mística sueca.

Últimos años y muerte

Al regresar de su peregrinación a Tierra Santa en el verano de 1373, Santa Brígida se encontraba débil y enfermó gravemente. Murió en Roma el 23 de julio de 1373, a los 70 años de edad, en la actual Plaza Farnese, con gran fama de santidad. Según su voluntad, sus restos mortales fueron trasladados a Suecia y sepultados en el convento de Vadstena, donde permanecen hasta hoy.

Canonización y legado

Santa Brígida fue canonizada apenas dieciocho años después de su muerte, el 7 de octubre de 1391, por el Papa Bonifacio IX. Sus Revelaciones fueron reconocidas oficialmente por varios Papas, incluyendo Gregorio XI (1370-1378) y Bonifacio IX, quienes confirmaron su autenticidad y autoridad espiritual mediante el documento papal Ab origine mundi (1391). Durante la Edad Media, sus revelaciones eran tan estimadas que los sacerdotes las leían a los fieles durante las misas.

En 1378 se produjo la aprobación definitiva de las reglas de su orden religiosa. La Orden del Santísimo Salvador perdura hasta nuestros días, manteniendo viva su herencia espiritual a través de las brigidinas (de vida contemplativa y activa) y los brigidinos.

El 1 de octubre de 1999, el Papa San Juan Pablo II declaró a Santa Brígida Copatrona de Europa, junto con Santa Catalina de Siena y Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein). El Papa Benedicto XVI destacó que su vida muestra el papel y la dignidad de la mujer en la Iglesia, caracterizada por "su actitud de respeto y de fidelidad plena al Magisterio de la Iglesia".

Su legado incluye su ejemplo de santidad en todos los estados de vida (soltera, esposa, madre, viuda, fundadora), su valentía profética al corregir abusos en la Iglesia y la sociedad, y su profunda vida mística que sigue inspirando a miles de cristianos en todo el mundo.

Escritos y obras

  • Revelaciones Celestiales (Revelationes): 8 libros más un volumen de revelaciones adicionales
  • Regula Salvatoris: Regla de la Orden del Santísimo Salvador
  • Sermo angelicus: Sermón angélico
  • Quattuor orationes: Cuatro oraciones
  • Las 15 Oraciones de Santa Brígida (para rezar durante un año)
  • Las Oraciones de los 12 años
  • Devoción a los Siete Dolores de la Virgen María

Fiesta litúrgica: 23 de julio


"Cristo murió por mí. ¿Y yo, qué haré por Él?"

Santa Brígida nos enseña que la santidad es posible en todos los estados de vida y que la contemplación debe ir unida a la acción. Su valentía profética, su amor apasionado a Cristo crucificado y su devoción mariana nos inspiran a vivir con radicalidad el Evangelio, trabajando por la reforma de la Iglesia y la paz en el mundo.

Obras:

AñoTítuloGénero
Las Quince OracionesEscritos de Santos