Discurso Atribuido A Agustin Por El Subdiacono Rusticiano Contra Los Donatistas

San Agustín de Hipona

Este discurso, atribuido a San Agustín y transcrito por el subdiácono Rusticiano, aborda la controversia con los donatistas, un grupo que surgió en África del Norte en el siglo IV, caracterizado por su énfasis en la pureza y la santidad de la Iglesia. Los donatistas sostenían que la validez de los sacramentos dependía de la moralidad del ministro que los administraba, rechazando la legitimidad de los sacramentos administrados por sacerdotes que habían entregado las Escrituras durante las persecuciones. San Agustín, en este discurso, defiende la unidad y la santidad de la Iglesia Católica, argumentando que la validez de los sacramentos no depende de la pureza del ministro, sino de la gracia divina que los confiere.

A través de este discurso, San Agustín busca restaurar la unidad de la Iglesia, enfatizando que la verdadera santidad reside en la comunidad de creyentes y no en la perfección individual de sus miembros. Este texto es fundamental para comprender la postura de Agustín contra el donatismo y su visión de una Iglesia inclusiva y misericordiosa. Para el lector católico, este discurso ofrece una profunda reflexión sobre la naturaleza de la Iglesia y la importancia de la unidad en la fe, invitando a superar divisiones y a reconocer la acción de la gracia divina en los sacramentos.

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